Opinión do profesor Vidal Romaní sobre as minas de seixo.

Vidal Romaní - Catedrático de Xeoloxía da Universidade da Coruña

Es el último dislate, la flecha del parto, de los responsables de Industria y Explotaciones Mineras de nuestro Gobierno. Como en un viejo chiste, después de robarle la cartera al incauto viandante, ahora se aprestan a ponerlo boca abajo cogido por los pies y para sacudirle los bolsillos por si lleva algo más en ellos. Durante miles de años, la erosión natural y los arrastres de las aguas de lluvia han hecho acumularse en esa zona de la Terra Chá los aluviales resultado de la meteorización del granito o de los bancos de cuarcita. Los romanos, más listos, hace 2.000 años se dedicaron a explotar las gravas del Sil para separar oro. Ahora, como en una mala imitación, nuestros flamantes empresarios mineros mejoran sus anteriores actuaciones: Meirama, As Pontes, Serrabal, O Porriño, O Courel, O Barco de Valdeorras, añadiendo una nueva medalla a su pechera. La magnífica aportación de Erimsa, irradiada de las minas de Pico Sacro para hacerle sitio a Ferroatlántica, es excavar todos los suelos de la Terra Chá buscando el cuarzo que ha quedado retenido en ellos. Dejará detrás el clásico paisaje de la minería gallega: agujeros que se llenarán de agua, terrenos arrasados y la desaparición de toda la cubierta vegetal que estaba sobre ellos. Luego se llevarán el cuarzo para cualquier lugar del mundo donde si es de buena calidad lo transformarán en silicio para fabricar placas fotovoltaicas, o para mejorar la dureza de los aceros o para hacer áridos si es de mala calidad. Y luego los gallegos, estimulados por una adecuada política de ahorro de energía, comprarán los paneles solares fabricados con el cuarzo a 10.000 veces el precio del material de origen. Y podrán hacer regatas de vela en los nuevos lagos de Cospeito. Un negocio redondo.

http://www.lavozdegalicia.es/opinion/2009/01/21/0003_7474997.htm

(Artículo publicado na Voz de Galicia: 21/01/2009)